Pasión
de nuestro Señor Jesucristo según San Marcos 15, 1-30
"Apenas
se hizo de día, los sumos sacerdotes, los ancianos, los escribas y el Sanedrín
en pleno, se reunieron y atando a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a
Pilato"
Ni
el poder de Roma, ni las autoridades del Templo pudieron soportar la novedad de
Jesús. Su manera de entender y de vivir a Dios era peligrosa, pues no defendía el
imperio de Tiberio, llamaba a todos a buscar el Reino de Dios y su Justicia. No
le importaba romper la ley del sábado, ni las tradiciones religiosas, solo le
preocupaba aliviar el sufrimiento de las gentes enfermas y desnutridas de
Galilea.
No
se lo perdonaron, se identificaba demasiado con las víctimas del Imperio y con
los olvidados por la religión del templo, por eso fue ejecutado sin piedad en
una cruz, en él se nos revela ahora Dios, identificado para siempre con todas
las víctimas inocentes de la historia. Al grito de todos ellos se une ahora el
grito de dolor del mismo Dios.
En
ese rostro desfigurado del Crucificado se nos revela un Dios sorprendente, que
rompe nuestras imágenes convencionales de Dios y pone en cuestión toda práctica
religiosa que pretende dar culto a Dios, olvidando el drama de un mundo donde
se sigue crucificando a los más débiles e indefensos.
Si
Dios ha muerto identificado con las víctimas, su crucifixión se convierte en un
desafío inquietante para los seguidores de Jesús. No podemos separar a Dios del
sufrimiento de los inocentes. No podemos adorar al Crucificado y vivir de
espaldas al sufrimiento de tantos seres humanos destruidos por el hambre, las
guerras o la miseria.
Dios
nos sigue interpelando desde los crucificados de nuestros días, ya no nos está
permitido seguir viviendo como espectadores de ese sufrimiento inmenso
alimentando un ingenua ilusión de inocencia, nos hemos de rebelar contra la
cultura del olvido, que nos permite aislarnos de los crucificados desplazando
el sufrimiento injusto que hay en el mundo hacia una "lejanía" donde
desaparece todo clamor, gemido o llanto.
No
nos podemos encerrar en nuestra sociedad del bienestar, ignorando a esa otra
sociedad del malestar en la que millones de seres humanos nacen solo para
extinguirse a los pocos años de una vida que solo ha sido muerte. no es humano
ni cristiano instalarnos en la seguridad olvidando a quienes solo conocen una
vida insegura y amenazada.
Cuando
los cristianos levantamos nuestros ojos hasta el rostro del Crucificado,
contemplamos el amor insondable de Dios, entregado hasta la muerte por nuestra
salvación. Si lo miramos detenidamente, pronto descubrimos en ese rostro el de
tantos otros crucificados que, lejos o cerca de nosotros, estan reclamando
nuestro amor solidario y compasivo.
Amigo Vicente cuanta realidad hay en tu mágnifica entrada...Cuanto dolor hay alrededor nuestro,,cunto crucificados y crucificadas hay cada dia de nuestras vida..Sabes estoy en contra de cual quier maltrato sea cual sea y siempre que puedo y mis medios me los permite ahí estoy..Nunca miro a otro lado..
ResponderEliminarMuy buena entrada amigo .
Te deseo una Feliz Semana Santa
Con cariño Victoria
Muchas gracias por tus palabras amiga Victoria, esta semana es una semana de descanso para el cuerpo y recargar las pilas, pero creo que deberíamos aprovecharla también para poner nuestras vidas al día y hacer balance de lo que hemos vivido en este ultimo año. Hemos matado a Cristo, pero el se ha sacrificado por nosotros, por lo tanto agradezcamos esta situación.
ResponderEliminarFeliz Semana Santa, disfruta y has feliz a los que te rodean.
El descanso debe de ser fisico pero muy fundamental que sea mental
ResponderEliminarthank you
سعودي اوتو
Hola mi Caballero, como siempre un interesante tema, saludos cariñosos!
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