La palabra Filólogo, esta referida a una persona que estudia una cultura tal y como se presenta a través de sus escritos, viene del latín philologĭa y éste del griego como casi todo porque sino de donde, quizá del ¿nacionalismo Catalán o vasco? y esta compuesta por dos palabras Philos = amor y Logos = palabra, expresión, etc., y significa “amante de las palabras”.
Por lo que si decimos que Logos es de una raíz griega y representa a alguien que es experto de una materia, diremos entonces que:
Paleólogo, es experto en cosa viejas y el Radiólogo, es experto en radiología, entonces podemos decir sin temor a equivocarnos que el filólogo es “experto en amor”.
Por lo que si decimos que Logos es de una raíz griega y representa a alguien que es experto de una materia, diremos entonces que:
Paleólogo, es experto en cosa viejas y el Radiólogo, es experto en radiología, entonces podemos decir sin temor a equivocarnos que el filólogo es “experto en amor”.
Fíjate entonces, que si eso es así, los más expertos en el amor hoy día son el cubano Dinio, que aterrizo en este País antes llamado España por una “folclórica” o el caradura del Conde Lequio, yo no imagine nunca que ambos carotas fueran filólogos, yo creía que a eso se le llamaba “macarra” (decimos que son así las personas horteras, vulgares y de mal gusto) Es pura broma veraniega, lo juro por Snoopy.
Según las estadísticas ultimas, solo el 0,28% de los estudiantes de Universidad, van a escoger la rama de la Filología.
Sin embargo puedo decir que han habido y no dudo que hay muchos y muy buenos e íntegros filólogos en España, pero la inmensa mayoría se han metido en el territorio nacionalista y separatista y a fuerza de EUROS han tragado con carros y carretas y se han inventado la historia de los territorios que componen este maltrecho País, yo como valenciano se bastante de eso, incluso con la complicidad del PP valenciano, que se vendieron por un plato de lentejas al CIU de D. Jorge Pujol.
Mientras que los judíos han conseguido que el antisemitismo sea un delito, los españoles hemos conseguido que el antiespañolismo, osea el insulto y la vejación de todo lo español sea un derecho democrático de los nacionalistas y separatistas.
Es demasiado generoso el diccionario cuando define la mentira como una expresión contraria a lo que se sabe, se cree o se piensa. Ahí caben por igual el miserable que el ignorante: quien miente intencionadamente para engañar a alguien que el pobre hombre que se lo cree todo o que es un zopenco. Léase también en femenino. Naturalmente todo el mundo miente para obtener un beneficio, por eso a las mentiras habría que juzgarlas, una a una, no por su rendimiento sino por su intención.
En lo que llevamos de campaña socialista (es decir, SEIS largos y penosos años) se viene abusando de la mentira, en sus diversos significados, para tapar las vergüenzas propias o para esconder logros del adversario. Como niños pequeños nadie admite haberse equivocado y lo que es peor, si alguien tiene la honestidad de reconocerlo, le bajan seis puntos las encuestas, preferimos líderes que no asuman nunca su responsabilidad, pero que tengan discursos contundentes, ni siquiera bonitos: ¿niños asesinos en la cárcel con doce años?, ¿discriminación de derechos?, ¿moral obligatoria? ¿Aborto a la carta?
Llevamos varias semanas en la que medio país, antes llamado España se ha despertado filólogo para sentenciar que la tensión que pide el presidente Zapatero es sinónimo de crispación, da igual que esa palabra defina mejor un estado de ánimo de excitación y esfuerzo que de pelea, ni importan las propias explicaciones dadas, quienes se creen en posesión de su verdad están sobrados para interpretar lo que digan los demás, se repite hasta la saciedad esa interpretación y luego, dada por cierta, se le destroza.
Alguien dijo: “El peor castigo de un mentiroso no es que no le crean los demás, sino que él mismo será incapaz de creer o confiar en otros”
En este mundo de hoy, no sobrevive el más fuerte y el más apto, sino el más mentiroso y embustero (a que si Sr. Presi), las consecuencias pueden ser sublimes, pero como tales, también analizables.
En lo que llevamos de campaña socialista (es decir, SEIS largos y penosos años) se viene abusando de la mentira, en sus diversos significados, para tapar las vergüenzas propias o para esconder logros del adversario. Como niños pequeños nadie admite haberse equivocado y lo que es peor, si alguien tiene la honestidad de reconocerlo, le bajan seis puntos las encuestas, preferimos líderes que no asuman nunca su responsabilidad, pero que tengan discursos contundentes, ni siquiera bonitos: ¿niños asesinos en la cárcel con doce años?, ¿discriminación de derechos?, ¿moral obligatoria? ¿Aborto a la carta?
Llevamos varias semanas en la que medio país, antes llamado España se ha despertado filólogo para sentenciar que la tensión que pide el presidente Zapatero es sinónimo de crispación, da igual que esa palabra defina mejor un estado de ánimo de excitación y esfuerzo que de pelea, ni importan las propias explicaciones dadas, quienes se creen en posesión de su verdad están sobrados para interpretar lo que digan los demás, se repite hasta la saciedad esa interpretación y luego, dada por cierta, se le destroza.
Alguien dijo: “El peor castigo de un mentiroso no es que no le crean los demás, sino que él mismo será incapaz de creer o confiar en otros”
En este mundo de hoy, no sobrevive el más fuerte y el más apto, sino el más mentiroso y embustero (a que si Sr. Presi), las consecuencias pueden ser sublimes, pero como tales, también analizables.
En el plano terrenal el mayor mentiroso es el hombre, el descendiente de Caín, el eterno vagabundo condenado a caminar incansablemente por las tierras del Este del Edén, visto filosóficamente y desde una perspectiva cristiano-teológica al estilo de Soren Kierkegaard (fue un prolífico filósofo y teólogo danés del siglo XIX. Se le considera el padre del Existencialismo, por hacer filosofía del Sufrimiento y la "Angustia"), el hombre como ser espiritual es un descendiente directo de Adán, la imagen y semejanza del mismo Dios que lo engendró.
Sin embargo, como ser material, como ser existencial es un híbrido, un hijo de Caín, poéticamente hablando, al estilo de Dámaso Alonso, (Su mayor éxito su libro publicado en 1944 “Hijos de la Ira”, fue Poeta, Literato y Filólogo), somos hijos de la ira, detrás de toda ira existe una negativa, o sea, una negativa a aceptar aquello que se ve, se experimenta y contra lo cual nos elevamos en nuestra mentira existencial.
Cuando Dios creó al hombre, creó con él a su “marioneta”, para que esta pudiera mirar al mundo con ojos de mentira, la misma mentira de la existencia que iba a vivir Pinocho, (yo lo comparo con ZP) la marioneta que tanto nos hizo reír cuando éramos niños, conoció la mentira de la existencia, pero como marioneta, nunca como niño.
El hombre es un mentiroso patológico y pese a saber eso, a lo largo de los siglos ha sido socialmente aceptado. No nos basta con corromper nuestra alma, sino que además corrompemos la de los demás, también hay quien se afana por corromper el entorno que le ha sido concedido, de esta corrupción nace la Política. De esto saben mucho su Señorías.
Existe una “patria” mucho más importante que aquella que muestra el carnet de identidad, es la patria interior, el alma, tal y como Platón ya resalta, este es el reino de todos los reinos, el alma que se eleva a sí misma en búsqueda de su Creador, del Bien Universal.
Esa "patria" es una patria cosmopolita, sin límites, sin banderas, también se han manchado banderas con la sangre de inocentes, y por "amor" a la libertad, a la patria. ¿Qué libertad y qué patria son dignas de ser lavadas con la sangre de un ser humano? (¿Qué sabe de esto la ETA ó el GAL.). Se trata de comprar la emancipación con la desgracia ajena, pues bien lo mismo ocurre con la conquista, la invasión, la violación de derechos humanos y constitucionales.
Se compra la unificación fascista de una Comunidad (¿Estatutos varios?) a costa de la invasión y sometimiento de aquellos que jamás han pertenecido al juego y por supuesto, huelga decir, que si protestan serán encarcelados, juzgados, torturados moralmente y sentenciados, así, en sociedad, conocemos el dolor humano, la sangre derramada y la ansiedad de la existencia.
Para aliviar esta ansiedad, este miedo a ser humanos, hay quien se busca una "causa" que defender, o bien, hay quien se afilia a un partido político, o a un equipo de fútbol, los hay que además les dan por fumar, otros por beber, otros por tomar drogas, otros por masturbarse eternamente, descargando mediante una fijación sexual la impronta negativa de la depresión, de la ansiedad de saber que la vida caduca, que carece de sentido.
Nietzsche (fue filósofo, poeta, músico y filólogo alemán, considerado uno de los pensadores modernos más influyentes del siglo XIX). Estudió Filología, con una especialidad en lengua griega, él mismo se auto-llamaba filólogo, y no filósofo. Nietzsche estuvo ansioso toda su vida, depresivo y compulsivamente en contra de todo sistema, él dice que Roma fue genial, pero yo digo que si él hubiera nacido en tiempos de Cicerón, hubiera criticado al César -por mucho que estuviera enamorado, como estaba, de Tiberio-.
Psicoanalíticamente hablando, Nietzsche no estaba muy centrado, una sobre-afirmación de sí mismo tapaba el vacío que tenía, hay quien incluso ha sugerido una posible homosexualidad. Yo me abstengo de opinar porque ahora opinar de esto esta mal visto, sobretodo por los “maricas” de siempre, aunque bien visto hoy en día todos estamos desquiciados un poco y el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.
El síndrome de Pinocho (Osea el de Zapatero) es el egoísmo y la obstinación, la testarudez centrada en uno mismo sin ver ni los sentimientos ni las necesidades de los demás. Por ello se da una centralización del ego, una superabundancia de ego-ísmo y este ego-ísmo es el componente esencial de la angustia y de la depresión en la existencia.
Pinocho quiere mil cosas, entre ellas incluso sanar de su enfermedad (La eterna mentira) pero cuando el hada (Osea Rajoy) le entrega la medicina, la rechaza pues piensa solamente en su mal sabor que da la”oposición”, pero reclama vigorosamente el ser sanado. La auténtica medicina que Pinocho ha de tomar, y consecuentemente debería de aprender, es la medicina de la HUMILDAD. Con esta medicina sanará de todas sus desdichas, y con esta medicina tornará a ser humano y para eso el mejor camino es según mi criterio: LA DIMISION URGENTE, PERO YA….
Feliz Verano, si pueden
Existe una “patria” mucho más importante que aquella que muestra el carnet de identidad, es la patria interior, el alma, tal y como Platón ya resalta, este es el reino de todos los reinos, el alma que se eleva a sí misma en búsqueda de su Creador, del Bien Universal.
Esa "patria" es una patria cosmopolita, sin límites, sin banderas, también se han manchado banderas con la sangre de inocentes, y por "amor" a la libertad, a la patria. ¿Qué libertad y qué patria son dignas de ser lavadas con la sangre de un ser humano? (¿Qué sabe de esto la ETA ó el GAL.). Se trata de comprar la emancipación con la desgracia ajena, pues bien lo mismo ocurre con la conquista, la invasión, la violación de derechos humanos y constitucionales.
Se compra la unificación fascista de una Comunidad (¿Estatutos varios?) a costa de la invasión y sometimiento de aquellos que jamás han pertenecido al juego y por supuesto, huelga decir, que si protestan serán encarcelados, juzgados, torturados moralmente y sentenciados, así, en sociedad, conocemos el dolor humano, la sangre derramada y la ansiedad de la existencia.
Para aliviar esta ansiedad, este miedo a ser humanos, hay quien se busca una "causa" que defender, o bien, hay quien se afilia a un partido político, o a un equipo de fútbol, los hay que además les dan por fumar, otros por beber, otros por tomar drogas, otros por masturbarse eternamente, descargando mediante una fijación sexual la impronta negativa de la depresión, de la ansiedad de saber que la vida caduca, que carece de sentido.
Nietzsche (fue filósofo, poeta, músico y filólogo alemán, considerado uno de los pensadores modernos más influyentes del siglo XIX). Estudió Filología, con una especialidad en lengua griega, él mismo se auto-llamaba filólogo, y no filósofo. Nietzsche estuvo ansioso toda su vida, depresivo y compulsivamente en contra de todo sistema, él dice que Roma fue genial, pero yo digo que si él hubiera nacido en tiempos de Cicerón, hubiera criticado al César -por mucho que estuviera enamorado, como estaba, de Tiberio-.
Psicoanalíticamente hablando, Nietzsche no estaba muy centrado, una sobre-afirmación de sí mismo tapaba el vacío que tenía, hay quien incluso ha sugerido una posible homosexualidad. Yo me abstengo de opinar porque ahora opinar de esto esta mal visto, sobretodo por los “maricas” de siempre, aunque bien visto hoy en día todos estamos desquiciados un poco y el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.
El síndrome de Pinocho (Osea el de Zapatero) es el egoísmo y la obstinación, la testarudez centrada en uno mismo sin ver ni los sentimientos ni las necesidades de los demás. Por ello se da una centralización del ego, una superabundancia de ego-ísmo y este ego-ísmo es el componente esencial de la angustia y de la depresión en la existencia.
Pinocho quiere mil cosas, entre ellas incluso sanar de su enfermedad (La eterna mentira) pero cuando el hada (Osea Rajoy) le entrega la medicina, la rechaza pues piensa solamente en su mal sabor que da la”oposición”, pero reclama vigorosamente el ser sanado. La auténtica medicina que Pinocho ha de tomar, y consecuentemente debería de aprender, es la medicina de la HUMILDAD. Con esta medicina sanará de todas sus desdichas, y con esta medicina tornará a ser humano y para eso el mejor camino es según mi criterio: LA DIMISION URGENTE, PERO YA….
Feliz Verano, si pueden
Hacía tiempo que no encontraba un blog tan facha. Enhorabuena.
ResponderEliminarAmigo Jose Luis yo hacia tiempo que me escribía nadie tan capullo como tu. De verdad no tienen ni puta idea de la democracia, yo escribo como quiero y si me leen bien y so no me leen mejor.
ResponderEliminarEstoy harto de Nacionalistas-Separatistas cobrones.
Saludos cordiales