JMJ MADRID 2011

Ya se ha marchado Su Santidad Benedicto XVI y noto en el ambiente que ha dejado un poso de bienestar en esta España tan maltrecha, tan abandonada por nuestras autoridades políticas y con un futuro tan negro por delante, que esta visita me ha llenado de esperanza y me anima mucho a seguir adelante creyendo en un futuro mejor.

He comprobado en la cara y en las expresiones de los miles de jóvenes que han llenado las calles de Madrid, una alegría que me ha contagiado y me ha devuelto la Fe y la Confianza en que sí podemos permanecer unidos, ninguna idea nefasta de nuestros gobernantes podrán movernos ni un milímetro en alcanzar nuestras metas propuestas.

Que placer oír mensajes de esperanza, mensajes llamando a la paz, a la convivencia y al recto proceder de las personas de bien, ni un mal gesto ni una mala palabra ni un reproche, por otra parte merecido al desgobierno español y con una alegría que me ha puesto en reconciliación con la humanidad de nuevo, pues estaba muy desesperanzado.

Y saben lo mejor de todo, pues ha sido ni más ni menos que durante estos últimos tres días no me he preocupado ni un minuto en escuchar las sandeces de nuestros políticos, pues todos han pasado a un segundo plano o término.

Nadie ha conseguido reventar estas jornadas de amor y fraternidad de los católicos y hemos demostrado que unidos somos temibles, pero no en la violencia como han intentado los intransigentes “indignados” y extremistas de izquierdas, sino en amor y alegría y en muchos casos, hasta estos se han contagiado de este espíritu de amor fraterno.

En la XXVI Jornada Mundial de la Juventud 2011, el Papa nos da su primer mensaje diciéndonos: “Ahora, en un momento en que Europa tiene que volver a encontrar sus raíces cristianas, hemos fijado nuestro encuentro en Madrid, con el lema: «Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe» (cf. Col 2, 7). Os invito a este evento tan importante para la Iglesia en Europa y para la Iglesia Universal. Además, quisiera que todos los jóvenes, tanto los que comparten nuestra fe, como los que vacilan, dudan o no creen, puedan vivir esta experiencia, que puede ser decisiva para la vida: la experiencia del Señor Jesús resucitado y vivo, y de su amor por cada uno de nosotros.

Continua diciéndonos que para poner de relieve la importancia de la fe en la vida de los creyentes, “Quisiera detenerme en tres términos que san Pablo utiliza en: «Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe» (cf. Col 2, 7). Aquí podemos distinguir tres imágenes: “arraigado” evoca el árbol y las raíces que lo alimentan; “edificado” se refiere a la construcción; “firme” alude al crecimiento de la fuerza física o moral. Se trata de imágenes muy elocuentes. Hay que señalar que en el texto original las tres expresiones, desde el punto de vista gramatical, están en pasivo: quiere decir, que es Cristo mismo quien toma la iniciativa de arraigar, edificar y hacer firmes a los creyentes”.

En la Vigilia del Sábado 20, nos dice y quiero que presten atención: “Con Cristo, podréis siempre superar las dificultades de la vida”.

“En esta Vigilia de oración, os invito a pedir a Dios que os ayude a descubrir vuestra vocación en la sociedad y en la Iglesia y a perseverar en ella con alegría y felicidad. Vale la pena acoger en nuestro interior la llamada de Cristo y seguir con valentía y generosidad el camino que El nos propone.

A muchos, el Señor los llama al matrimonio, en el que un hombre y una mujer, formando una sola carne, se realiza en una profunda vida de comunión. Es un horizonte luminoso y exigente a la vez. Un proyecto de amor verdadero que se renueva y ahonda cada día compartiendo alegrías y dificultades y que se caracteriza por una entrega de la totalidad de la persona. Por eso, reconocer la belleza y bondad del matrimonio, significa ser conscientes de que solo un ámbito de fidelidad e indisolubilidad, así como la apertura al don divino de la vida, es el adecuado a la grandeza y dignidad del amor matrimonial.

Pero para mí el momento más emocionante, más puro y mas sobrecogedor, fueron esos tres minutos de silencio absoluto que se produce cuando la maravillosa Custodia de la Catedral de Toledo, salida de las entrañas del suelo se ilumina con la Sagrada Forma y todos se suman en un silencio sepulcral.

Es que hay que darse cuenta de que se trata de casi dos millones de personas en su mayoría jóvenes llenos de vida y por eso de alegría, y que hacía unos minutos vibraban con su Santidad y rápidamente y durante tres larguísimos minutos, se funden en un silencio sobrecogedor que me emociono profundamente y que quiero compartir con todos los que me leáis, fue un acto en mayúsculas ¡I M P R E S I O N A N T E!

Hay que dar un hurra a esa juventud, española y extranjera, que verdaderamente como ellos decían son: LA JUVENTUD DEL PAPA, me siento muy orgulloso de ser Católico y nunca me he avergonzado de decirlo en todas partes y que esa juventud católica haya dado una lección al resto de esa otra juventud más materialista sin entrar en mas polémica, porque estos tres últimos días merecen la pena que pasemos pagina a hechos y situaciones de poca categoría humana.

Un abrazo muy esperanzador a todos los católicos y los no católicos, porque con un poco de educación y saber comportarse se puede convivir maravillosamente todos juntos.

PD: http://rincondevicenteluisrubio.blogspot.com/