LA DERIVA DE LOS CATALANES

Foto: Esto le pasa a D. Arturo por desayunar con Cariñena en lugar del consabido cafe con leche y churros.

Nos vamos acercando al final de la campaña de las elecciones catalanas, por cierto triste campaña, donde los nacionalistas del CIU que como saben está integrada por  Convergencia Democrática de Cataluña, de ideología liberal de Centro-Derecha y de Unión Democrática de Cataluña, de ideología democristiana, se les ha sacado los trapos sucios de sus largaos años de corrupción, de tantos años del cobro de comisiones, de cuantas en el extranjero, como las denunciadas en Suiza y vemos con total asombro que no pasa nada, de nada, que todo sigue igual y que ni se inmutan estos caraduras, y lo que es peor, sin que el Gobierno de la Nación mueva una sola pestaña y el Fiscal del Estado ni esta ni se le espera.  Un verdadera estafa democrática.

 Los Dirigentes de estas dos formaciones son D. Arturo Mas y D. José Antonio Dura y Lleida, personajes que no dan la talla, que se espera que sean estadistas y se han convertido en salteadores de competencias y de ir en contra de las leyes del Estado, no cumpliendo ninguna ley que no les interese y por contra, cobardemente el Estado calladito.

España da asco por la cantidad de golfería que rodea a los partidos políticos sin que el Poder del Estado, haga nada de nada, pasando de costado y con un “mutis” por el foro, propio de la Maria Guerrero.

Me dan  asco tanto el Partido Popular como el Partido Socialista por su manifiesta cobardía ante hechos tan flagantes de rebeldía, económica, social  y política de los nacionalistas y tengo que decir que si sale con mayoría absoluta el CIU, la misma culpa tendrá el pueblo catalán por escoger a esta mediocridad.

http://www.lavozlibre.com/noticias/ampliar/671576/the-guardian-aniquila-al-mesias-artur-mas-en-un-demoledor-articulo

Las iniciativas como  las reformas penales para castigar a quienes convoquen referéndums ilegales no van a arredrar a estos individuos, como el Sr. Arturo Mas y van a ser de difícil aplicación, máxime cuando la ley ha sido vulnerada grave y sistemáticamente en el pasado por unos y por otros sin la menor consecuencia. 

Los nacionalistas vascos llevan meses desafiando al Tribunal Supremo y al gobierno, y no pasa nada. La unidad y la democracia españolas se van a ver sometidas al chantaje y puestas a dura prueba.

     

El nacionalismo catalán se presentaba hasta ahora con una máscara pacífica y democrática pero  ahora y cuando les esta estallando todos los casos de corrupción en las propias narices, se ha quitado la caretas y se ha lanzado sin paracaídas a la secesión, que como saben es la separación de una parte del pueblo o del territorio de un país para formar un estado independiente de la mano de este irresponsable candidato, Arturo Mas, sin que el gobierno ni casi nadie en la derecha haya intentado nunca quitársela, al contrario, se la han confirmado generosamente en toda ocasión, y con pocas excepciones. Ello le da una fuerza considerable y dificulta la acción contra él.

    

Antes de seguir, conviene hacer algunas precisiones sobre  el nacionalismo catalán. Su doctrina, elaborada principalmente por Prat de la Riba, se apoyaba en dos pilares,  un exclusivismo extremo, según el cual los catalanes eran sólo catalanes y de ningún modo españoles (según él, no existía una nación española, sino, en todo caso, castellana)  y un imperialismo,  la nación catalana debería encabezar  un “imperio ibérico” desde Lisboa al Ródano, con proyección sobre África.

    

Salta a la vista que el  “imperio ibérico” era una forma disfrazada y extravagante de reconocer la españolidad de Cataluña, sustituyendo la primacía castellana (hacía mucho tiempo desaparecida) por la catalana. El proyecto, aparte de anacrónico, por no decir absurdo, resultaba peligroso, por los choques que auguraba con Portugal y Francia, y con otras potencias en un continente africano ya repartido.

En el pasado, el nacionalismo catalán ha sufrido  la contradicción y el tirón opuesto del imperialismo y del exclusivismo. En Cambó terminó predominando la primera tendencia, que, combinada con el temor a la revolución social, fue relegando la segunda hasta dejar su nacionalismo en poco más que un regionalismo.

   

Pero el temor a la revolución social ha desaparecido hoy, y también  la ilusión imperialista, al no persistir aquella diferencia económica entre Cataluña y casi todo el resto de España, que alentaba las esperanzas hegemónicas del nacionalismo.

Por consiguiente, el nacionalismo actual no encuentra  razones para la unidad española. Menos aún bajo la impresión de que España se va a diluir finalmente en Eurolandia. En tal situación, los Pujol, los Mas, los Durá, los Carod, etc,  alejados anímica y sentimentalmente de España, aspiran a la separación de Cataluña, cuanto antes mejor,  el problema es sólo saber el modo.

Las diferencias entre ellos tienen sólo carácter político en el sentido más trivial del término. Todos comparten una visión negativa de España y un exclusivismo asombrosamente narcisista  y mutilado de lo catalán. 

Quedan los lazos económicos, pero éstos, contra lo que algunos creen, han perdido toda relevancia cuando, liquidado el proteccionismo, la industria catalana no depende del resto del país al viejo modo, y se integra en unos circuitos europeos mucho más amplios, según les ha hecho creer Arturo Mas.

     

El problema no sería serio si tales ideas y sentimientos no influyeran en amplias capas de la población catalana, incluso entre las originadas en otras regiones. Gran número de catalanes ha llegado a ver España como algo ajeno o, al menos, poco “interesante”.

No es un fenómeno espontáneo, sino el resultado de un cuarto de siglo de auténtico lavado de cerebro por parte de los nacionalistas y la izquierda, en eso muy unidos, bajo la pasividad suicida y estúpida, cuando no colaboracionista, de quienes debieran haberse opuesto, el Estado Español. Muchos catalanes se sienten alarmados por esta deriva, pero no encuentran la vía, la organización ni el liderazgo para salir al paso. Mi consejo votar en Blanco.

Desde luego, España tiene fuerzas sobradas para afrontar estas amenazas, a condición de verlas en su auténtica dimensión y peligro, tienen una Constitución que habla claramente de los enemigos de la Nación y el como se les debe de tratar, pero una falta de “testiculina”, hace que este flojito Gobierno, esté esperando a ver que pasa, Rajoy es asi de lanzado y de total carencia de carácter, por lo menos es lo que parece.

No dejemos de escribir amigos en contra de lo que puede acontecer en una parte del territorio español como es Cataluña,

NOTA: LOS ESPAÑOLES TENEMOS LO QUE RECEMOS

PUEDES VERLO EN EL BLOG DE:El Rincón de Vicente Rubio